No se sabe a ciencia cierta el por qué de la enemistad entre Castillo y las autoridades del municipio chalaco
Un prontuariado exdelincuente y exintegrante de “Los Injertos del Fundo
Oquendo” que busca, según él, “resarcirse” de sus malos actos en el
pasado denunciando un presunto caso de “chuponeo” que tiene en vilo a
toda la Provincia Constitucional, ese es Wilbur Castillo.
Este misterioso personaje ha desatado una tormenta en pleno otoño
chalaco. Uno de los más avezados exmalhechores del Callao que ahora se
pasea por los sets de televisión y por el Congreso de la República como
una pieza clave en este rompecabezas que algunos llaman presuntamente
“chuponeo”.
Por ahora solo se conocen audios y videos de seguimiento a empresarios y
funcionarios del Callao, no se sabe a ciencia cierta si el operador fue
el sindicado Ernesto Torres. Tampoco se sabe si están involucrados el
actual alcalde del Callao Juan Sotomayor y el exfutbolista Roberto
Martínez.
Pero mucho menos se saben las razones del por qué Wilbur Castillo sacó a
la luz estos audios y denunció a “Tito” Torres. ¿Lo hace por ser un buen
vecino o es algo personal que tiene contra Sotomayor y Martínez? Este
fin de semana salió a la luz una prueba más de esta rivalidad entre
Castillo y Sotomayor.
El floro de las “Poco Floro”
¿Recuerda usted el reportaje de las peligrosas “Poco Floro” que se
emitió en ATV? Pues bien, ese informe periodístico habría sido armado
entre el periodista que realizó ese reportaje hace dos meses, Carlos
Orejuela, y el protagonista de esta nota, Wilbur Castillo. En tres
palabras: sería una farsa.
Y es que, en una conversación entre el periodista y Wilbur Castillo, se
acuerda hacer este “gran informe” junto con la complicidad de las
vecinas chalacas a las que se bautizaría como las “Poco Floro”. Una de
las vecinas afirma que las armas se las habría entregado Wilbur
Castillo.
Ella le dijo al hombre de prensa: “No nos vas a dejar embarradas.
Nosotras te hemos hecho un favor. Wilbur nos trajo las armas”. El
periodista replicó: “Le dije a Wilbur que necesitaba un grupo de mujeres
armadas”.
Vale destacar que días atrás el nombre de Orejuela fue mencionado por
Roberto Martínez en una entrevista televisiva. Martínez aseguraba que
las pruebas de la denuncia del presunto "chuponeo" le habían llegado
también al periodista del canal 9 y que este las había desestimado.
No obstante, las preguntas saltan a la vista, ¿por qué Castillo fue
cómplice en esta farsa? ¿Por qué querría dejar mal al municipio del
Callao? y un último cabo suelto sería saber, ¿quién financia a Castillo
y por qué siempre maneja vehículos caros y viste bien?
El pasado oscuro
En 2007 salió de prisión luego de ser un temible delincuente en los 90 y
haber integrado la peligrosa banda de “Los Injertos del Fundo Oquendo”.
Su amigo Aldo Esquivel más conocido como “Loco Aldo” lo llevó a laborar
al Programa Especial de Promotores de Seguridad que promovió el entonces
presidente regional del Callao, Alex Kouri.
Pero el programa no solucionó nada y dividió a los barrios chalacos por
los puestos de trabajo y, luego, en el cobro de cupos a empresarios de
la construcción y la protección del narcotráfico. Fue el comienzo de la
rivalidad de “Los Malditos de Castilla” y “Los Feroces de Loreto” y de
la guerra personal de Wilbur con “Los Nole”.
Un presente incierto
En enero del año pasado, Wilbur Castillo trabajó en la subgerencia de
Análisis de Información, en la Municipalidad de Ventanilla, al mando de
Ernesto “Tito” Torres. Esta área se encargaba de detectar las zonas
vulnerables a la delincuencia y confeccionar un directorio de pandillas
y bandas.
Wilbur cree que en realidad lo llevaron a Ventanilla por sus
antecedentes, para ser el chivo expiatorio por si se descubría el
chuponeo. Pero Castillo decidió ser el primero en denunciar esta red de
espionaje telefónico. “Como por mis antecedentes penales nadie me iba a
creer, decidí obtener pruebas”.
Cuando fue citado al Congreso, Wilbur Castillo entregó un sobre a los
“padres de la patria” y les dijo que el documento solo sería develado si
es que a él le pasaba algo. Al parecer, Wilbur sabe más de lo que ha
mostrado ante cámaras.
Lo demás ya es historia conocida. Ahora Castillo es la principal pieza
en este misterioso y oscuro caso. Los culpables aún no han sido
sentenciados y todo sigue en investigación. Aún hay mucha tela que
cortar y muchos audios que conocer.
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