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La gran mayoría de estos crímenes se han dado por ajustes de cuentas

Una de las ciudades más peligrosas a nivel nacional es el primer puerto
del Callao y es que su alta tasa de crímenes a sangre fría le atribuyen
este calificativo. En lo que va del año se han registrado más de
cincuenta asesinatos, sin incluir las numerosas denuncias por robo a
mano armada.

Uno de los casos más sonados es el crimen del empresario de transportes
Joaquín Belisario Pelinco (63), quien fuera victimado en la puerta de su
casa de un balazo en la cabeza por un ajuste de cuentas. Este hecho se
suscitó el 31 de diciembre del 2011.

Los familiares de la victima revelaron que el difunto fue amenazado de
muerte por uno de sus extrabajadores; sin embargo, efectivos policiales
informaron que también podría tratarse de un robo porque los vecinos
vieron dos carros que se dieron a la fuga.

Apenas tres días después, el joven Erick Junior Arosta Sáenz (19) fue
asesinado a mansalva. La victima se encontraba a unos metros de su casa
en el asentamiento humano Juan Pablo II. Según las investigaciones
también habría sido un ajuste de cuentas a causa de una pelea.

Los familiares y pareja del fallecido aducen que un joven apodado "Loco
loco" sería el causante de este crimen. El infortunado intentó escapar
luego que le descerrajaran tres balazos, luego fue conducido al hospital
donde los galenos poco o nada pudieron hacer. Las balas habían
destrozado partes de sus órganos.

Otro caso es el asesinato de Giuseppe Vásquez Borlinic (24). Los vecinos
del lugar señalaron como presuntos homicidas a Mateo Arrunátegui Vílchez
y a otro sujeto identificado como "Jeffrey". El hecho se produjo en el
sexto sector de la urbanización Ciudad del Deporte de Ventanilla.

Días después del homicidio se conoció que "Jeffrey" se entregó a las
autoridades para iniciar las investigaciones respectivas y se declaró
inocente en todo momento. Al parecer, el presunto asesino sería Mateo
Arrunátegui hijo de un alto funcionario de la policía.

Otro crimen que causó conmoción entre los pobladores fue el asesinato a
sangre fría de Darling Velásquez Velasco en el pasaje Lurigancho, Ciudad
del Pescador. Velásquez Velasco recibió cuatro impactos de bala: uno en
el abdomen, dos en la espalda y el último en la pierna.

El homicidio se produjo cuando el occiso se disponía a comprar licor
junto a un amigo. De pronto, el ruido de una casa le llamó la atención y
quiso observar por la ventana lo que ocurría. En ese momento, Carlos
Vitto Chirinos (a) "Bigote" sacó su arma y le disparó a quemarropa sin
explicación alguna.

El homicida fue capturado unos días después por personal de la Divincri
pues se desconocía su identidad. Según su confesión ante los efectivos
de la Dirincri de Breña, se lió a golpes con la víctima pues hubo un
altercado por la compra de unas cervezas. Aseguró que fue Velásquez
quien inició el tiroteo.

La guerra por cupos también ha originado incontables muertes. Carlos
Viera Rosales, dirigente de construcción, fue asesinado de dos balazos
en el tórax y uno en la cabeza a plena luz del día en el asentamiento
humano Susana Higuchi de Ventanilla.

Según manifiestan testigos, un hombre de piel morena de unos 22 años
alias "Cachete de Perro", sería el causante de este homicidio. Además se
conoció que en anteriores oportunidades el dirigente ya habría sido
amenazado de muerte por los sindicatos del Callao.

Continuando con los asesinatos encontramos a Óscar Barrientos (19),
quien mató a su padre para ingresar a la banda internacional "Maras
Salvatruchas", el mismo fue capturado cuando comercializaba droga en la
urbanización Las Garzas en el Callao.

Por otro lado, un joven de 15 años fue capturado por personal de la
Divincri porque habría matado a dos personas para robarles sus
pertenencias. El homicida también pertenecería a los "Maras
Salvatruchas". El padre de uno de los occisos reclamó por la muerte de
su hijo mostrando desgarradoras escenas de dolor.

Hasta el momento, la única persona que ha salido ilesa en un intento de
asesinato es Aldo Esquivel Suyón, alias "Loco Aldo", trabajador de
Enapu. Se presume que sus victimarios serían integrantes de la terrible
banda de los Nole. Afortunadamente no pudieron concretar el crimen
porque eran novatos.

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