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‘Misilera’ se auto mutiló gracias a una crisis que se veía venir desde hace tiempo en el fútbol peruano

La crisis en el fútbol peruano ha llegado a límites insospechados. Esta
triste agonía sufrida por la mayoría de clubes del país no se ha
producido de la noche a la mañana: pese a las señas claramente visibles,
nadie se preocupó por evitar lo que ahora parece la muerte del balompié
nacional.

Para tristeza de muchos, la marejada de eventualidades también pasó por
el Callao y se llevó a varios jugadores del Sport Boys. El último
miércoles, el equipo rosado despidió a varios de sus peloteros por
asumir una huelga que no les correspondía pues, según se informó, ellos
están al día en sus pagos.

No presentarse a su primer encuentro del Descentralizado en Cusco, les
costó muy caro, sin embargo, ¿fue el mejor escarmiento dejarlos en la
calle? La presidenta del club, Karla Bozzo refiere que sí: los jugadores
cometieron una falta grave al no presentarse a trabajar. El asunto se
manejó como en cualquier empresa del país.

¿Solidaridad o compromiso?

Como ya se mencionó, según las versiones de la propia directiva rosada,
el plantel estaba al día en sus pagos a pesar de los inconvenientes que
el club pasa para conseguir ingresos. Sin auspiciadores en abundancia,
ni millonadas por las localidades de los partidos, estaban marchando
bien.

Sin embargo, los jugadores decidieron adherirse a la huelga iniciada por
la Agremiación de Futbolistas, encabezada por Francesco Manassero,
debido las deudas que mantienen hasta el momento algunas instituciones
con sus peloteros.

Esta fue la gota que rebalsó el vaso en el puerto. Pese a estar al día,
los rosados se dejaron llevar por una incierta solidaridad y no por el
compromiso hacia la institución para la cual trabajan. Con justicia se
aplicó el criterio de ‘abandono de puesto laboral’.

“Hoy (ayer) me llegó una carta de despido, debe ser porque no jugamos el
fin de semana. No sé qué hacer, no sé qué acciones tomarán mis
compañeros. Espero que no nos ocurra nada malo”, indicó el chileno
Christian ‘Nona’ Muñoz al verse, tal vez, en la calle.

Mano Dura

El Sport Boys sorprendió a propios y extraños con la súbita baja de sus
peloteros, sin embargo, como se dijo, motivos de peso existían. No sólo
su ausencia en el Cusco habría sido la causa pues antes del encuentro
habrían faltado a los entrenamientos cinco días seguidos.

Según explicó uno de los afectados por la medida, el entrenador uruguayo
Claudio Techera, les enviaron un documento donde se indicaba que eran
despedidos por haber cometido una serie de causales, entre ellas
incumplimiento de trabajo.

“Debo reconocer que faltamos a trabajar. Cuando recibí esta carta llamé
a la presidenta (Karla Bozzo) y me citó a una reunión con toda la
directiva, ahí nos enteramos de lo que estaba pasando. Sin embargo,
pudimos llegar a un acuerdo y fui ratificado de forma unánime en el
puesto” indicó.

La Comisión de Fútbol de la ‘Misilera’ decidió revalidar en su cargo al
técnico y establecer algunas condiciones para los jugadores que deseen
quedarse en el Callao. Ellas serían una disminución en las
remuneraciones y dejar de apoyar a la Agremiación.

“Nosotros tenemos el plantel del 2012 al día, hubo un directorio el
lunes y con el esfuerzo que hace Boys para recaudar fondos, esta huelga
ilegal nos ha traído consecuencias negativas. Por lo tanto se tomó la
medida de mandarles una carta notarial, en la que se les pide a los
jugadores reconsiderar lo que se está viviendo”, dijo Bozzo.

Dos caras de la moneda

Tras una serie de reuniones, se supo que por abstenerse a cumplir las
reglas de la institución, los jugadores, José Moisela, Jair Butrón, el
chileno Cristian Muñoz, y el paraguayo Carlos Pérez, y Luis Aquino
dejarán de vestir la rosada por supuesto bajo rendimiento.

Por su parte, quienes se quedarán en el equipo chalaco serían los
referentes Mario Gómez, Diego Morales, Santiago Salazar, Jair Yglesias,
Jorge Huamán, Juan Carlos Nakaya y Carlos Orejuela. Premio o castigo, lo
cierto es que seguirán defendiendo a la escuadra.

Los despidos de este tipo se han repetido en varios equipos nacionales.
Los clubes están pateando sus propios tableros por una crisis que se
veía venir desde mucho antes. Como buenos peruanos, los dirigentes
esperaron recién el último momento para tratar de solucionar una
situación insostenible.

Al parecer, el fútbol peruano es un ente desahuciado al que muchos
desean salvar poniéndole sólo ‘curitas’ en la frente.

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