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Bandas imitan modelos extranjeros, pero solución debe comprender trabajo en colegios y con los padres La conducta violenta y desafiante de la temida “Machona Candy” (19), integrante y cabecilla de “los Maras del Callao”, evidenció que la delincuencia gana terreno en la sociedad y no existe un plan nacional de lucha contra las pandillas que ven en las organizaciones sanguinarias un modelo a seguir. 

 Al respecto, Manuel Saravia, director del instituto Guestalt de Lima, sostuvo que estas conductas son muchas veces reforzadas por el mismo grupo que alienta este comportamiento pero la solución no se encuentra únicamente en la represión policial sino tiene que ver con un trabajo multisectorial. Explicó que la mayoría de los integrantes de estos grupos proviene de familias disfuncionales que no encuentran oportunidades de trabajo y, sobre todo, tienen más acceso a las drogas, armas, pandillas y delincuencia en general. “El pandillaje es un problema social y como tal tiene conductas antisociales. En la capital se calcula que existen cerca de 400 pandillas, muchas de ellas integradas por menores que prácticamente han sido abandonados por sus familias y es deber del Estado tratar de solucionar el problema”, afirmó. Aunque la labor de la Policía es efectiva para ubicar y detener el accionar de estas organizaciones, el director de Guestalt de Lima, indicó que se debe trabajar con la familia, colegios, seguridad ciudadana, comisarías, impulsar el deporte y sobre todo con los padres de familia para que sea una solución integral y de oportunidades a los jóvenes. Códigos de conducta La Policía sostiene que tras la captura de los integrantes de “los Maras del Callao”, éstos se caracterizan por: Rechazar las reglas sociales, tener un líder, ser leales a su grupo lo que genera lazos familiares, son desconfiados y tienen alto grado de imitación de modelos negativos.

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