Se realizan campañas médicas y se imparten recomendaciones, pero ¿quién da solución a la contaminación?
Pese a los innumerables reclamos de los pobladores, e incluso la
denuncia que 300 afectados le hicieron al país mediante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el plomo sigue intoxicando a
los residentes de algunas zonas del Callao.
Se sabe que la contaminación es un tema antiguo.
Desde hace varios años
el tren y los camiones transportan este material sin las medidas de
contención necesarias. Si siempre ha sido así ¿por qué nadie toma cartas
en el asunto? La larga espera por ayuda parece enfermar a los pobladores
más que el propio mineral.
Prevención
El doctor Manuel Burga Samame, jefe de la Dirección Ejecutiva de Salud
Ambiental de la Diresa Callao, informó que su dependencia está avocada a
brindar asistencia a los pobladores de zonas como Puerto Nuevo, una de
las más afectadas, sin embargo, su tarea está orientada principalmente a
la prevención.
Según indicó, desde mediados de 1997 su institución comenzó las labores
de auxilio con la denominada Guía de Manejo y Tratamiento de Personas
con Plomo, la misma que daba las pautas para evitar en la medida de lo
posible la intoxicación con el mineral.
En el documento, como explica Burga, se detallan acciones de prevención
como el correcto lavado de manos, y una adecuada alimentación. La
primera, para evitar el ingreso del mineral, y la segunda para resistir
sus embates si ya nos contaminó. Sin embargo, por qué no se toca el tema
de fondo: los agentes que propician la contaminación.
Como indicó el jefe de la mencionada dependencia, su jurisdicción en
este tema es limitada. La Diresa, como ente de salud, no tiene potestad
suficiente para legislar y tomar cartas en el asunto como se debe.
Posiblemente, por esta limitación sólo puede organizar campañas médicas
en zonas afectadas, como la que se realizará este sábado de 8:00 a.m. a
1:00 p.m. en ciudadela chalaca.
Niveles de preocupación
Los niveles de contaminación se encasillan en cuatro categorías. La 1 va
desde las 11 a 19 micras de mineral en sangre, mientras la 4 supera las
45, lo cual amerita la atención del paciente en una unidad de cuidados
intensivos. ¿Qué se hace para evitar el envenenamiento?
En el caso de la zona más afectada, Puerto Nuevo, la Diresa, en conjunto
con el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) del
Ministerio del Ambiente, realizó en marzo pasado una medición de los
índices de plomo. Los resultados de la evaluación deben estar listos a
fines de este mes, pero para los pobladores la cosa es clara: el mineral
está en todos lados.
Pese a desconocerse todavía los datos de la evaluación, los vecinos
‘podrían’ vivir más tranquilos pues. La “buena noticia”, según explicó
Manuel Burga Samame, es que los intoxicados con plomo no necesariamente
llegan a morir. Con las medidas de prevención dadas por su institución,
pueden continuar con una vida, aunque no normal, decente.
Para graficar ello, confesó que se llegó a encontrar casos de niños con
aproximadamente 80 micras de plomo en la sangre y aún se mantienen
vivos, sin embargo, no se detalló en qué condiciones lo hacen. Respecto
a los niveles de contaminación, explicó que ha descendido. Según
explicó, actualmente existen entre 0.20 y 0.25 micras de plomo por metro
cuadrado en el aire, lo cual aún es de consideración.
¿Y la muni?
Para el jefe de Salud Ambiental de la Diresa la cosa es clara: la
municipalidad debe esforzarse más por el bienestar de los vecinos
afectados. Según explicó, su institución vela por la salud, hace
campañas y da recomendaciones, pero la encargada de acabar con la ‘línea
del plomo’ es la comuna porteña.
“Prensa Chalaca” trato de comunicarse con la Gerencia de Protección del
Medio Ambiente del municipio para obtener su versión, sin embargo, esto
no fue posible hasta el cierre de la edición. Lo único claro fue que,
pese a las cientos de denuncias, el tren, los camiones, y los almacenes
siguen enfermando a Puerto Nuevo y zonas periféricas.
Por lo pronto, el doctor Burga manifestó que el Gobierno Regional del
Callao prometió realizar el proceso de limpieza y remediación de las
zonas afectas. Esto, explicó, significa limpiar los techos, paredes y
suelos donde se encuentra el plomo para evitar su dispersión.
Además de ello, como indicó, la gerencia regional de Recursos Naturales
y Gestión del Medio Ambiente impulsará una norma para obligar a los
camiones y otros vehículos a encapsular debidamente el pernicioso
mineral. Con ello se evitaría que vuele como niebla tóxica sobre cientos
de personas.
Todo esto suena bien, sin embargo, ninguno de los dos proyectos tiene
fecha exacta para su ejecución, lo cual los convierte sólo en una
ilusión que no curará a los chalacos enfermos. Luego de tantos años de
contaminación, ¿a quién le corresponde fajarse los pantalones por el
bienestar de los chalacos?
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