Hasta el momento la zona no tiene ni agua ni desagüe, pese a que existiría un presupuesto aprobado para ello
La política en nuestro país parece ser sólo una pantomima muy bien
montada por las altas esferas de la sociedad.
En tiempo de campaña
electoral, los candidatos prometen el oro y el moro para ganar la mayor
cantidad de votos, y cuando ya están en el poder, con discurso más o
menos elaborado, se describen como el mesías que salvará al Perú.
Como ya es conocido por todos, esto sólo queda en palabras y al final de
los cinco años de mandato, poco o nada habrá cambiado. Tal situación la
conocen bien los pobladores de Pachacútec, en Ventanilla, quienes,
aunque suene descabellado para estos tiempos, aún no saben qué significa
tener agua y desagüe en sus domicilios: estos servicios básicos son
añorados como el mayor de los lujos.
Un reclamo eterno
"Se supone que empezaría en 2008 y ahora dicen que será en 2013 para que
acabe en 2015. Exigimos que la obra se haga este año. Nuestros silos
están colapsando", reclamó un indignado vecino de la zona mientras
reclamaba junto a más de 10 mil afectados en el frontis del Ministerio
de Vivienda, en San Isidro.
Nadie sabe exactamente cuántas manifestaciones de este tipo se han
realizado, pero aunque quisieran, no pueden dejar de hacerlas pues no
les dan la importancia debida. Según parece, los utilizan sólo para
ganar popularidad y puntos en las elecciones.
Según se supo, incluso trabajadores de Sedapal empadronaron a los
residentes del lugar debido al ‘inminente inicio de obras’, pero todo
habría sido una burla. El dirigente vecinal Alberto Jiménez manifestó
que llevan esperando más de cinco años las obras, pero como se dijo,
todo son vanas promesas.
Debido a la falta de este básico servicio, contó, conviven con ratas e
insectos que ponen en riesgo su salud. En estas condiciones tener las
medidas de higiene necesarias es casi imposible, y los más perjudicados
son los niños y los adultos mayores. Cada mes gastan aproximadamente 60
soles para tener el líquido elemento.
En julio del año pasado, el ex presidente Alan García llegó hasta el
sector y, con su verbo florido anunció que ese mismo mes se iniciarían
las obras de agua y alcantarillado. Él, junto a Omar Marcos, alcalde de
Ventanilla, se comprometieron, sin embargo, hasta el momento no se ha
movido ni una sola piedra.
“Este mes estaremos comenzando las obras. Lo acabamos de conversar con
el presidente hace unos instantes”, mencionó efusivamente el
burgomaestre ante más de un centenar de personas. Actualmente él parece
haber olvidado sus palabras.
¿Transparente como el agua?
El también dirigente vecinal, Frank Villegas, señaló que el expediente
técnico para el desarrollo de las obras está listo desde hace tiempo con
un presupuesto de 326 millones de soles otorgados por el Ministerio de
Vivienda y Sedapal, sin embargo no empiezan los trabajos.
Si se tiene un monto aprobado para los trabajos, ¿por qué no se
desarrollan? O lo que es peor, ¿desde cuándo se tiene dinero separado
para llevar agua a zonas como Pachacútec?
La Megacomisión del Congreso escuchó ayer las declaraciones de un
representante de los trabajadores del Sedapal y de un funcionario de
Fonafe, sobre el programa de ‘Agua para Todos’, que manejó un fondo de
2,000 millones de soles destinado a obras de las cuales no se tiene
conocimiento.
“El programa Agua para Todos no se pudo tratar a fondo la sesión pasada
y estamos invitando a un representante del sindicato de Sedapal que va a
hacer algunas denuncias y al representante de Fonafe”, detalló el
presidente de la comisión investigadora, el parlamentario Sergio Tejada.
Desesperados
Los representantes vecinales de Pachacútec advirtieron que si las
autoridades del Ministerio de Vivienda no dan solución a sus problemas
tomarán medidas radicales pues su situación se ha agravado por la
proliferación de animales e insectos y el aumento de enfermedades en
niños y adultos mayores.
“Los silos son una bomba de tiempo, han colapsado y la presencia de
moscas y roedores ha aumentado. Durante los gobiernos de Fujimori,
Toledo y Alan García nos han mentido pero ahora esperamos que Ollanta
Humala nos escuche”, afirmó Ruth Lenci Jara, dirigente del lugar.
El último lunes más de 10 mil pobladores de la mencionada zona de
Ventanilla marcharon por un derecho negado por más de una década. Ellos,
hastiados de las promesas de los políticos, ya no quieren más palabras
con rima, sino agua para calmar una sed que viene durando más de una
década.
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