Extorsiones, golpizas, violaciones y muertes se ejecutan para ser aceptados en la sórdida familia del tatuaje macabro
Un parricidio, crimen que lamentablemente podría pasar desapercibido en
nuestra violenta sociedad, develó una preocupante realidad. Los ‘Maras
Salvatruchas’, la sangrienta organización criminal asentada en
Centroamérica, había llegado al primer puerto para poner en aprietos a
toda la ciudad.
La confirmación de tal hipótesis se dio cuando a Óscar Barrientos Quiroz ‘Lechuga’, quien mató a su padre, Rolando Octavio Barrientos Quintana (58), se le descubrió un tatuaje con el símbolo MSX3, identificación inequívoca de la salvaje pandilla que ahora se banderea en el Callao.
Sangrienta hermandad
Los Maras Salvatrucha, nacidos en Estados Unidos y asentados en
Centroamérica, tienen estrictos códigos basados en el rencor, ira,
revancha y la necesidad de pertenecer a un grupo. Al no tener afecto de
sus parientes, los ‘postulantes’ no dudan en entrar al grupo para
sentirse queridos.
Como en una sangrienta familia, los jóvenes pueden aplacar su soledad con otros vándalos de similar condición, pero esto tiene su precio. En pos del grupo se deben cometer los delitos, por ejemplo, acabar con la vida de quienes pretendan competir, o simplemente, asesinar a quien no le agrade al jefe de turno.
Todo esto una vez dentro de la pandilla, pero ¿cómo se ingresa a su
sórdido mundo? Según los ritos de iniciación, los nuevos miembros deben
asesinar a una persona para ser aceptados. Ganan mayor reputación si la
víctima es un miembro de su familia, como en el caso de ‘Lechuga’, quien actualmente está detenido.
‘Machona Candy’, quien hasta hace poco fuera la cabecilla de la banda, es una joven estilista hija de un abogado y de una enfermera. Ella, para ingresar no debió asesinarlos, optó por una forma no menos escabrosa: se sometió a toda clase de maltratos y golpes durante 13 segundos.
“Para entrar a la pandilla tienen que asesinar. Yo no he matado a nadie. Yo pasé por los 13, por los 13 golpes. Me pegaban duro”, contó. Dijo además que, luego de ello, tuvo que tener sexo con cada uno de sus
compañeros para ser aceptada. En estas declaraciones no reflejó la
bravura de cuando se declaró ninfómana, sino, cierta repugnancia, pero
¿se le podrá creer?
“Estoy arrepentida. Yo he estado con ellos, con cada uno de ellos”,
afirmó. Igualmente, negó que los múltiples tatuajes que lleva en el
cuerpo guarden relación con su participación en los ‘Maras’, sin embargo, la telaraña que lleva grabada en su piel es señal de su liderazgo. Esta seña se ve también en los grupos extranjeros.
‘Bestias’ marcadas
MSX3, la marca que los caracteriza, tiene un significado no acorde con la realidad del Perú. A pesar de ello, algunos de sus miembros lo han
plasmado en sus cuerpos. ‘Lechuga’, el joven parricida, lo llevaba en el interior de su labio inferior. ¿Sabrá exactamente lo que simboliza?
‘M’ corresponde a ‘Mara’, equivalente en el Perú al término ‘causa’, un
hermano en el mundo del hampa. ‘S’, representa a ‘salva’ diminutivo de
salvadoreño por la nacionalidad de sus principales referentes. ‘Trucha’,
por su parte, es el tipo vivo, despierto, aquí mejor conocido como vivo, o incluso, ‘pendejo’. X3, ó 13, hace referencia a una fecha especial para la agrupación. Ahora, la marca de la bestia se ha plasmado en jóvenes que están dispuestos a todo.
Sin embargo, según se pudo conocer, la misma no sería un requisito para
los Maras chalacos, pues ni la propia cabecilla, ‘Machona Candy’ lo tenía en su cuerpo. Ello, en realidad no cambia las cosas pues sus miembros actúan con la misma ferocidad que sus pares centroamericanos. El Callao ahora sufre por un nuevo flagelo y la policía, al parecer, no demuestra mayor preocupación.
¿Feroces imitadores?
Federico Tong, un reconocido psicólogo social, indicó que hasta el
momento no se ha comprobado la presencia de verdaderos ‘Maras
Salvatruchas’ en nuestro país. “No guardan ninguna relación con los
grupos de Centroamérica. Al menos, no existe evidencia policial de esto”,explicó.
Lo preocupante, indica, es que existan grupos con deseos de imitar a los sanguinarios. Según dijo, si las pandillas copian la organización y el modo de actuar de los ‘Maras’, entonces vamos a estar ante un escenario sumamente peligroso. Con ello, el Callao sería una tierra de nadie.
En la actualidad existen 15 mil pandilleros en Lima y el Callao, y ellos, dijo, podrían convertirse en fieles seguidores de los criminales
salvadoreños. ¿Cómo evitar la propagación del crimen? El especialista
recomienda que la Policía desarticule a estos grupos cuanto antes pues
las armas están servidas en bandeja de plata en los mercados negros de la ciudad.
¿Continuarán el linaje?
‘Machona Candy’ asumió el mando luego de la captura de Balbín Castillo
Nole. Ahora, detenida la fémina, alguien más la reemplazará para seguir
con los delitos. Si la policía no realiza trabajos de avanzada, este
maléfico linaje continuará con sus delitos: sean originales o imitadores, los Maras pueden escribir con sangre la historia de todo el Callao.
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