MAYOR FAP HABRÍA SIDO ASESINADO POR DESCUBRIR INGRESO DE MERCADERÍA POR EL PUERTO DEL CALLAO

Sostienen que Jorge Olivera no pudo suicidarse y mas bien indagan si alto oficial FAP está implicado en contrabando

A Elizabeth Gonzales se le ve compungida y en varios canales de
televisión. No es para menos, su esposo, el mayor FAP Jorge Olivera
Santa Cruz fue encontrado muerto el último 23 de marzo en la base aérea
Las Palmas.

Olivera Santa Cruz tenía 39 años y desde hace cinco meses era papá.
Además, estaba felizmente casado con Elizabeth. Un posible suicidio,
como dijo la Policía Nacional en un inicio, parece no ser tan claro. En
cambio, el que lo hayan asesinado ahora suena con fuerza.

¿Se arma el rompecabezas?

La confiscación de un cargamento de contrabando es la clave que la
Policía y el Poder Judicial suponen podría revelar la existencia de un
grupo delictivo dentro de la Fuerza Aérea que estaría ingresando equipos
electrónicos al país como si fueran material de guerra.

Es bueno aseverar que Olivera era jefe del Servicio de Mantenimiento de
la Base Aérea Las Palmas de Surco y habría descubierto el ingreso de las
supuestas piezas para la reparación de aviones que ingresaron el pasado
30 de enero por el puerto del Callao y que estaban valorizados en 324
mil dólares.

Además, fuentes de la Policía Fiscal revelaron que el técnico FAP Juan
Canales y el empleado civil Javier Pérez están siendo investigados. Se
presume que ellos poseían una clave de acceso a la Sunat que les
permitía generar despachos de mercadería autorizada por la FAP.

Por otro lado, compañeros del oficial fallecido confirmaron que este
había puesto al descubierto a los cabecillas de la organización
delincuencial y que lo silenciaron para que no procediera a denunciar a
los responsables.

Investigaciones continúan

La investigación ampliatoria para establecer las ramificaciones de este
contrabando recién ha empezado en el Poder Judicial. Las autoridades
siguen de cerca la pista de un oficial de alto rango que estaría
implicado en este turbio ‘negocio’.

Por ahora, se ha pedido el levantamiento del secreto de comunicación del
mayor Olivera y de los dos intervenidos que habrían burlado el control
de dos civiles para retirar el cargamento.

Asimismo, la hipótesis de que el mayor de 39 años se haya suicidado
pierde valor pues el primer peritaje del Ministerio Público determinó
que el oficial no efectuó disparos el día que fue encontrado muerto.

Y los dictámenes periciales del Instituto de Medicina Legal señalan que
en las manos de Olivera no se encontraron residuos de pólvora,
antimonio, bario ni plomo, sustancias que quedan impregnadas cuando se
percuta un arma.

Estos documentos sugieren más bien que el oficial fue golpeado antes de
ser victimado de un tiro a distancia. Dan cuenta también de que Olivera
tenía la camisa de su uniforme rasgada y manchas de sangre cerca del
bolsillo, lo que evidencia que hubo una pelea.

La prueba de balística forense determinó que el cuerpo tenía una herida
en el tórax, un orificio de entrada en el pectoral izquierdo y de salida
en la región escapular izquierda. Sin embargo, la bala que provocó la
muerte del mayor no fue hallada pese a la búsqueda en campo abierto.

Ejecutivo se pronuncia

El ministro de Defensa, Alberto Otárola, invocó a las autoridades de la
Policía Nacional y del Ministerio Público a aclarar lo más pronto
posible las contradicciones de sus respectivos informes sobre la causa
de la muerte del mayor de la Fuerza Aérea del Perú Jorge Olivera Santa
Cruz.

También consideró que si bien el alto mando de la FAP actuó
correctamente, en el sentido de dar aviso inmediato a la Fiscalía y
autoridades policiales, una vez ocurrido el suceso, la existencia de dos
informes distintos hace que el caso se haya tornado muy complejo.

Por lo pronto, la familia quiere saber el por qué la FAP tardó cuatro
horas en avisar el hecho. La esposa y demás integrantes de la familia
del fenecido oficial quieren ir hasta el fondo del asunto para que el
alma de Jorge Olivera descanse en paz.