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GR asegura que el aparato era nuevo y recibía mantenimiento, pero pilotos recalcan que aeronave sufrió falla técnica

Si fue consecuencia de una falla técnica o un error humano que el
helicóptero Robinson 44 de la Región Callao cayó sobre el techo de una
casa en el distrito de Bellavista, lo determinará en una semana la Junta
Especial de Investigación de Accidentes de la Dirección de la Policía
Aérea.

El experto en aeronáutica Julián Parracin Fernández descartó que la nave
se haya estrellado por culpa de la tripulación. Dijo que el aparato
perdió altura, expulsando humo, segundos después de despegar, señales
claras de haber presentado una falla mecánica.

Revisiones técnicas

Parracin lamentó que las naves del Estado sobrevuelen las ciudades sin
ser sometidas a los rigurosos chequeos que exigen las normas
internacionales, que sí se les exige a las operadas por empresas
privadas.

Por su parte, el vicepresidente de la Región Callao, Walter Mori,
consideró poco acertada la presunción del referido perito. "El
helicóptero era nuevo y tenía dos años de garantía. La propia empresa
fabricante le daba mantenimiento en Lima", subrayó, dejando entrever que
fue el piloto quien habría ocasionado el choque.

Sin embargo, el mayor PNP Oscar Aronés Cánova y el capitán PNP José
Carrillo Díaz, pilotos del helicóptero, expresaron que no fue su
responsabilidad, que la nave no soportara el fuerte viento ni
respondieran los controles. “No fue nuestra culpa”, dijeron, según un
allegado a uno de ellos.

Siempre en versión de la fuente consultada, los pilotos explicaron que
la nave es tan frágil que no resistió el viento y, para evitar que esta
caiga sobre la población, buscaron el lugar más cercano que fue el techo
de esa vivienda. El piloto trató de avanzar hacia el estadio Miguel
Grau, pero el helicóptero no avanzaba y tuvieron que dirigirse a la casa
donde cayó.

Entre tanto, el funcionario regional adelantó que, pese a lo sucedido,
seguirán impulsando el uso de helicópteros para patrullar el Callao y
reforzar la seguridad de los vecinos.

Indicó que ya se han iniciado las gestiones para que la empresa
aseguradora reponga cuanto antes la nave siniestrada, cuyo valor en el
mercado internacional bordea los 480 mil dólares.

Echa flores al helicóptero


Por su parte el presidente regional, Félix Moreno, en un comunicado,
justificó el uso de este tipo de aparatos porque han sido de mucha
ayuda para frenar la delincuencia en los barrios chalacos.

Precisó que a través de los patrullajes aéreos se pudo recuperar 40
vehículos robados y salvar la vida de 37 personas que requerían ser
evacuadas de emergencia por razones de salud. También sostuvo que 66
delincuentes de alta peligrosidad, fueron capturados tras espectaculares
persecuciones que contaron con apoyo aéreo.

Tripulación a salvo

El Robinson 44 que se estrelló la tarde del martes contra la casa de la
familia Carranza, en la cuadra 1 de la calle Los Rubíes, había despegado
poco antes de la explanada del estadio Miguel Grau, ubicado a unos 100
metros de distancia.

Era pilotado por el mayor PNP Óscar Aronés Canova. Lo asistían como
copiloto el capitán Iván Carrillo Díaz y como técnico de vuelo el
suboficial brigadier Lucio Rolando Quispe Santillana. Los tres
permanecían hasta anoche en la sala de traumatología del Hospital
Central de la Sanidad PNP de la avenida Brasil.

El segundo de los nombrados llevó la peor parte. Sufrió fracturas en la
clavícula y los brazos, así como un fuerte golpe en la cabeza. Sus
compañeros resultaron contusos.

“Fue horrible”

No sólo los pilotos la pasaron mal con el incidente, los vecinos de la
urbanización San Antonio pasaron minutos interminables mientras veían
como perdía control el helicóptero que finalmente aterrizó de emergencia
en el techo de la vivienda.

"Fue lo más horrible, nadie en la vida se pudo imaginar esto", dijo
Martha Melgarejo Martínez, una vecina que vio muy de cerca cómo se
precipitaba la nave del Gobierno Regional. "Vino de acá para allá, luego
volvió a regresar", relató.

Señalando una casa contigua, la mujer refirió que pensó que la nave
impactaría allí, pero terminó sobre la azotea de la vivienda del
costado. Comentó que cuando el helicóptero cayó, fue "como si una bomba
hubiera explotado, empezó a incendiarse y salía humo. Fue horrible".

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