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Especialistas refieren que delincuencia se genera por falta de cariño. Puede ser evitada con educación oportuna en la niñez.

Una historia casi perdida relata que, hace algún tiempo, un avezado psicólogo entró con una caja grande de regalos a los temidos barracones del Callao. Salidos de un callejón, en cuestión de instantes, dos fieros malandros con ‘chaira’ en mano, lo abordaron para hacerse del botín.

¿Qué haces por aquí? preguntó uno de ellos. Él, con toda la tranquilidad del mundo respondió: ‘es para tu jefe’. Ambos ladrones se miraron sorprendidos, y luego de unas mentadas de madre, llamaron al más fiero de todos ellos Después de algunas dudas, él abrió el paquete y descubrió que estaba vació.

“Esta caja viene de un orfanato y era dirigido especialmente para ti. Los niños te mandan besos, abrazos y mucho amor” explicó el psicólogo. Y lejos de propiciar una muerte más en su prontuario, el moreno gigante de un metro ochenta, lloró como un bebé desconsolado.

Tal reacción, extraña para cualquiera de nosotros, se debe a que, a pesar de mostrarse fieros y desalmados, los hampones más peligrosos del Callao están quebrados por dentro.

El ambiente en el que crecieron no fue propicio para su desarrollo. En este contexto, sabiendo que el primer puerto es lugar común de delitos, cabe preguntarse ¿los chalacos están predispuestos al crimen? Expertos en el tema nos aclaran el panorama y, entre otras, nos explican que dentro de cada avezado delincuente existe un ser necesitado de amor.

Al ambiente no es propicio

Jesús Azaña Risco es un psicólogo social que hace un mes, en coordinación con la municipalidad de Carabayllo, realizó charlas de Autoestima y Desarrollo Personal. Parta él los chalacos de las zonas deprimidas del puerto sí pueden cambiar.

Él explica que todo desarrollo personal depende de factores internos y externos y, pese a que en el Callao marginal el ambiente no es propicio, el comportamiento futuro dependerá mucho de la dinámica familiar. Así, para lograr hombres y mujeres que busquen progresar es necesario buenos vínculos afectivos.

“Por mi parte no estoy de acuerdo con que el entorno forma a la persona, ni con eso de quien nace chalaco tienen muchas probabilidades de ser delincuente. Creo que cada persona decide su estilo de vida”, explica.

Aunque una persona crezca en un círculo pernicioso como el de los barrios más ‘picantes’ del Callao, los individuos están en potestad de cambiar su destino, y en vez de llegar a ser ‘lacras’ sociales, pueden establecerse como personas de bien.

Para Azaña, el problema radica en la niñez y en la adolescencia. Según refiere, si en esta época no hubo orientación, si los padres se separaron, o si no hubo recursos económicos en casa, los menores al crecer buscarán satisfacer estas carencias en otra parte.

Una alternativa para el experto es realizar programas de ayuda a los residentes del Callao. Es necesario empezar en la juventud pues en esta etapa de la vida donde los chicos se sienten confundidos por naturaleza.

Cuando crecen en hogares desunidos buscan integrarse a un grupo. Al no encontrar afecto, buscan llamar la atención de la sociedad formando pandillas en la cuales empiezan a dar sus primeros pasos en el mundo del hampa.

Cortar de raíz el problema

Sin embargo, el psicólogo refiere que es de vital importancia que los proyectos de ayuda también sean dirigidos a los padres de familia, a fin de cambiar sus puntos de vista pues ellos han sido formados con violencia, la cual proyectan contra sus hijos.

Es necesario que la gestión municipal apoye a la población con programas de desarrollo familiar ya que en las familias de estos barrios no tienen los recursos económicos para buscar orientación adecuada. Así, ellos terminan por formar a sus hijos con la crianza que les dieron a ellos, lo que inicia un círculo vicioso difícil de quebrar.

Vicios sociales como engañar a la pareja, robar, enviciarse con la droga dice, además del hampa que reina en el primer puerto, es sólo porque las personas no conocen otra forma de vivir. Ellos les siguen la corriente a los demás integrantes de su grupo social. Luego de perpetrar uno de los hechos descritos han sentido cargo de conciencia, sin embargo, como lo han convertido en una costumbre, lo han asumido erróneamente como una cosa normal.

Ellos ya han asumido erróneamente su modo de vida, sin embargo, están ansiosos de que alguien más les enseñe un mejor camino.

“Esas personas ‘vaciloneras’, valientes, que parecen estar seguras de sí mismas, en realidad están partidas, tienen el alma resquebrajada y necesitan de alguien más”.

Educación para vencer la delincuencia
El doctor Gustavo Campaña Barrientos, una eminencia en la siquiatría chalaca explica que respecto a este tema no se puede hablar de todos los residentes del Callao, sin embargo, si se menciona precisamente a los chalacos de barrios marginales, éstos son por lo general ‘atarantadores’, manipuladores y agresivos.

“Los casos que más vienen a mi consultorio son por adicción a las drogas y violencia”, refiere.

Este especialista coincide con el psicólogo Jesús Azaña en que los padres son quienes propician el violento comportamiento de algunos chalacos. Explica que los tutores repiten con sus hijos los maltratos recibidos en su niñez, lo cual, genera el eterno círculo delincuencial que viene afectando las calles del puerto.

Según refiere, una alternativa adecuada y de avanzada para acabar con este flagelo es la cultura. “Educación para adolescentes y niños, en vista que los delincuentes viejos no cambian”, aseveró.

Para propiciar un clima de seguridad, es oportuno que tanto los gobiernos centrales, y regionales, y las municipalidades trabajen en conjunto pues es urgente hacer ver a los hampones que tienen la posibilidad de una vida mejor.

El entorno sí afecta
El doctor Campaña discrepa con otros especialistas. Él indica, a diferencia de Jesús Azaña, referido anteriormente, que la importancia del medio ambiente en la formación de la personalidad sí es determinante.

Él, considera que dentro de esta esfera está incluido el aspecto familiar violento y agresivo que agobia a los más jóvenes. Debido a esto, este aspecto es al que se debe atacar para terminar con el problema.

En contra del libertinaje
Es categórico. Considera que, por ejemplo los conciertos de salsa que se realizan son sólo espectáculos psicosociales para entretener al pueblo, sin que generen un verdadero beneficio intelectual.

Haciendo una funesta comparación, sería como en el tiempo del circo romano, donde se predicaba la premisa de darle pan y entretenimiento al pueblo para que se olvide del trabajo, educación y progreso.

“La vida no es sólo baile, eso les falta entender a los chicos. Sólo se dan cuenta cuando tienen más edad y están desempleados”, indica Campaña. Asegura además que está en contra del libertinaje de las personas y no contra la libertad de ejercer su derecho a divertirse. El experto coincide con el sicólogo Azaña. Refiere que hay un tema de autoestima detrás de todo esto.

“Muchos deciden hacerse el bacán del barrio, pues como no han podido vencer en la vida en el campo de la educación, del trabajo, sí pueden ganar en base a agresividad. Es una manera de compensar la falta de desarrollo intelectual, por esto el buylling reina en los colegios chalacos”, asegura.

El Callao no está condenado
Ante la indiscutible peligrosidad de algunos sectores chalacos, son miles de personas de la capital quienes piensan que el chalaco está genéticamente predispuesto para el hampa.

Es cotidiano que se tome esa sazón y picardía porteña como actos que solamente delincuentes podrían realizar. Es necesario precisar que, como en todos lados, la delincuencia viene afectando a la provincia constitucional, sin embargo, no es porque quienes hayan nacido en esta jurisdicción estén condenados a un futuro delincuencial.

Según refirieron los expertos, para propiciar una mejora, es necesario trabajar a favor de la cultura, y en proyectos de educación a los padres, quienes por desconocimiento trasmiten toda su ira, celo y resentimiento a sus hijos. La falta de cariño, así como otras carencias generan que los menores incursionen en pandillas, luego de lo cual, serán parte de la ‘lacra social’ que se debe acabar. La mejor forma de acabar con la delincuencia es entregarles aquel regalo que el moreno gigante recibió al inicio de este documento. El amor.

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  1. Tengo 44 años y "crecí" en el Callao (soy hijo de provincianos).
    Llegamos a principios de los 70 y los "achorados" ya existían...
    Es de nunca acabar, de paso que el chalaco "oriundo" ES EL MAS RACISTA DEL PERU!...No progresan ni se superan (en la Universidad del Callao los alumnos ¡son de otros distritos!).
    El cambio debe empezar con los niños pequeños,pero ¿cómo hacerlo si en sus casas vive un delincuente o resentido social?...Comunistas y nazis separaban la paja del trigo (pereciera que no hay otra manera).Ahh,curiosamente los que tenemos sangre provinciana con nuestros tributos subsidiamos las diversiones de los chalacos oriundos (y de pasada ellos nos asaltan y cholean)...

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