Las precarias condiciones en las que viven los reos en nuestro país no son una novedad, sino, una triste realidad. Como sabemos, desde fieros hampones, hasta los llamados ‘primarios’ conviven a diario entre la precariedad y el hacinamiento: condiciones humillantes capaces de doblar hasta el más duro de los internos.
Como todo condenado, ellos no tienen el derecho a estar en el ‘cielo’. Así, el entorno donde aguardan su añorada libertad sería el más propicio, según entienden los afectados y, en realidad, cualquier persona con dos dedos de frente pues, quien actúa al margen de la ley, debe afrontar las consecuencias.
Pese a lo que dicta el clamor popular para los reos (ladrones, asesinos, violadores, etc.) el sistema penitenciario de nuestro país funciona democráticamente, y por ello vela por mantener en condiciones humanas a los huéspedes de las instalaciones carcelarias. A pesar de los intentos por procurar condiciones humanas, no se ha conseguido hacerlo.
Convenio por ‘La Sarita’
Según estudio elaborado por la Defensoría del Pueblo, las cárceles de todo el país se encuentran en preocupante condición de pobreza y hacinamiento, y de ellas, los casos más graves los representan los penales de ‘Lurigancho’ en Lima, y ‘Sarita Colonia’ en el Callao.
El penal chalaco, en condiciones lamentables, fue construido para 572 reos, pero actualmente alberga aproximadamente 2.100. El hacinamiento en este lugar es tan grave que en un área de de 3 por 5 metros, pueden llegar a dormir hasta 32 internos: la privacidad ya no es un derecho, sino, un añorado recuerdo.
En ánimos de mejorar la precaria situación de los reos, el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) y la Región Callao, firmaron el último viernes un convenio de cooperación que busca, entre otras cosas, ampliar el centro penitenciario y ‘reeducar’ a los internos para reinsertarlos adecuadamente en la sociedad.
Según se reveló, gracias a ello, se podrá destinar recursos para la implementación de talleres de computación, carpintería, electricidad, gasfitería y otras carreras técnicas manuales para la instrucción de los reos, quienes al salir a la calle, no tienen como desempeñarse.
“Ocho de cada diez reos que salen del penal del Callao vuelven a delinquir, lo que significa que no se está cumpliendo con el rol fundamental de los centros penitenciarios que es readaptar a los internos”, señaló uno de los funcionarios.
A la vez, se tiene prevista la construcción de nuevos pabellones en las instalaciones de la prisión. Con ello, las ambas partes pretenden acabar con el hacinamiento en el que viven actualmente peruanos y extranjeros. ‘Sarita Colonia’ parce un apretado aeropuerto donde personas de distintos países arriban sin saber exactamente cuándo saldrán.
Las autoridades precisaron que con la medida los reos también recibirán asesoría en temas legales, además de ayuda psicológica y una adecuada atención médica. Con ello no buscan propiciarle una vida de reyes, por el contrario, son sólo los cuidados primarios requeridos por cualquier persona, independientemente de sus pecados.
Según indicó José Pérez Guadalupe, Jefe del INPE, el compromiso asumido por ambas partes es una muestra de lo que se puede y debe hacer para mejorar las condiciones carcelarias de los reclusos quienes purgan condenas en cárceles construidas en diversas jurisdicciones.
Presupuesto
Como se informó el pasado 20 de agosto, si se lograba la cooperación las autoridades chalacas estarían dispuestas a desembolsar 3 millones y medio de soles. Según se indicó, el dinero saldría de una partida extraordinaria que permitirá la construcción de un nuevo pabellón en la parte posterior de penal, en el mejoramiento de la dieta de los internos y en capacitación.
A la suma mencionada, el propio INPE aportará el presupuesto con el cual actualmente cuenta. Con ello, se permitirá la aplicación de medidas para combatir los actos de corrupción originados en el ingreso y salida de las visitas, y en la readaptación de los internos para evitar su regreso a la delincuencia.
Mal generalizado
Según estudio elaborado por la Defensoría del Pueblo, las cárceles de todo el país se encuentran en preocupante condición de pobreza y hacinamiento. Según el informe, de los 66 establecimientos penitenciarios en el territorio nacional, sólo 12 se están en óptimas condiciones. El resto de ellas (54) sufren por la falta de presupuesto e infraestructura: la cárcel chalaca se hunde por este inconveniente.
Para el jefe del Programa de Asuntos Penales y Penitenciarios de la Defensoría del Pueblo, Jorge Ávila Herrera, urgen 160 millones de nuevos soles para solucionar las falencias del INPE, entre ellas, problemas de infraestructura, niveles de inseguridad en los recintos y falta de personal adecuado.
De acuerdo con él, una de las primeras acciones que debería tomarse es la construcción de tres penales para descongestionar los más tugurizados de la ciudad, que se han convertido en ‘fabricas de delincuentes’.
Levantar más recintos dependerá del gobierno central, y de las autoridades de cada jurisdicción. Mientras tanto, el penal ‘Sarita Colonia’ tiene una promesa de mejora, cabe esperar para ver sí el proyecto queda solamente en ofrecimientos.
Como todo condenado, ellos no tienen el derecho a estar en el ‘cielo’. Así, el entorno donde aguardan su añorada libertad sería el más propicio, según entienden los afectados y, en realidad, cualquier persona con dos dedos de frente pues, quien actúa al margen de la ley, debe afrontar las consecuencias.
Pese a lo que dicta el clamor popular para los reos (ladrones, asesinos, violadores, etc.) el sistema penitenciario de nuestro país funciona democráticamente, y por ello vela por mantener en condiciones humanas a los huéspedes de las instalaciones carcelarias. A pesar de los intentos por procurar condiciones humanas, no se ha conseguido hacerlo.
Convenio por ‘La Sarita’
Según estudio elaborado por la Defensoría del Pueblo, las cárceles de todo el país se encuentran en preocupante condición de pobreza y hacinamiento, y de ellas, los casos más graves los representan los penales de ‘Lurigancho’ en Lima, y ‘Sarita Colonia’ en el Callao.
El penal chalaco, en condiciones lamentables, fue construido para 572 reos, pero actualmente alberga aproximadamente 2.100. El hacinamiento en este lugar es tan grave que en un área de de 3 por 5 metros, pueden llegar a dormir hasta 32 internos: la privacidad ya no es un derecho, sino, un añorado recuerdo.
En ánimos de mejorar la precaria situación de los reos, el Instituto Nacional Penitenciario (INPE) y la Región Callao, firmaron el último viernes un convenio de cooperación que busca, entre otras cosas, ampliar el centro penitenciario y ‘reeducar’ a los internos para reinsertarlos adecuadamente en la sociedad.
Según se reveló, gracias a ello, se podrá destinar recursos para la implementación de talleres de computación, carpintería, electricidad, gasfitería y otras carreras técnicas manuales para la instrucción de los reos, quienes al salir a la calle, no tienen como desempeñarse.
“Ocho de cada diez reos que salen del penal del Callao vuelven a delinquir, lo que significa que no se está cumpliendo con el rol fundamental de los centros penitenciarios que es readaptar a los internos”, señaló uno de los funcionarios.
A la vez, se tiene prevista la construcción de nuevos pabellones en las instalaciones de la prisión. Con ello, las ambas partes pretenden acabar con el hacinamiento en el que viven actualmente peruanos y extranjeros. ‘Sarita Colonia’ parce un apretado aeropuerto donde personas de distintos países arriban sin saber exactamente cuándo saldrán.
Las autoridades precisaron que con la medida los reos también recibirán asesoría en temas legales, además de ayuda psicológica y una adecuada atención médica. Con ello no buscan propiciarle una vida de reyes, por el contrario, son sólo los cuidados primarios requeridos por cualquier persona, independientemente de sus pecados.
Según indicó José Pérez Guadalupe, Jefe del INPE, el compromiso asumido por ambas partes es una muestra de lo que se puede y debe hacer para mejorar las condiciones carcelarias de los reclusos quienes purgan condenas en cárceles construidas en diversas jurisdicciones.
Presupuesto
Como se informó el pasado 20 de agosto, si se lograba la cooperación las autoridades chalacas estarían dispuestas a desembolsar 3 millones y medio de soles. Según se indicó, el dinero saldría de una partida extraordinaria que permitirá la construcción de un nuevo pabellón en la parte posterior de penal, en el mejoramiento de la dieta de los internos y en capacitación.
A la suma mencionada, el propio INPE aportará el presupuesto con el cual actualmente cuenta. Con ello, se permitirá la aplicación de medidas para combatir los actos de corrupción originados en el ingreso y salida de las visitas, y en la readaptación de los internos para evitar su regreso a la delincuencia.
Mal generalizado
Según estudio elaborado por la Defensoría del Pueblo, las cárceles de todo el país se encuentran en preocupante condición de pobreza y hacinamiento. Según el informe, de los 66 establecimientos penitenciarios en el territorio nacional, sólo 12 se están en óptimas condiciones. El resto de ellas (54) sufren por la falta de presupuesto e infraestructura: la cárcel chalaca se hunde por este inconveniente.
Para el jefe del Programa de Asuntos Penales y Penitenciarios de la Defensoría del Pueblo, Jorge Ávila Herrera, urgen 160 millones de nuevos soles para solucionar las falencias del INPE, entre ellas, problemas de infraestructura, niveles de inseguridad en los recintos y falta de personal adecuado.
De acuerdo con él, una de las primeras acciones que debería tomarse es la construcción de tres penales para descongestionar los más tugurizados de la ciudad, que se han convertido en ‘fabricas de delincuentes’.
Levantar más recintos dependerá del gobierno central, y de las autoridades de cada jurisdicción. Mientras tanto, el penal ‘Sarita Colonia’ tiene una promesa de mejora, cabe esperar para ver sí el proyecto queda solamente en ofrecimientos.
Publicar un comentario Blogger Facebook