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Mientras se prolongan trabajos, caos vehicular y delincuencia se desata en la zona

Se caracteriza por sus profundos huecos, basura por todos sus tramos, contaminación, gran cantidad de polvo, pistas alternas angostas, así como falta de iluminación y señalización. Nos referimos a la avenida Néstor Gambetta, una estratégica vía que debería ser el reflejo del crecimiento del puerto del Callao.

A pesar de ser una puerta de entrada para nuestras exportaciones y otros negocios venidos del mar, la actual situación de la autopista sólo dibuja lo que sería el poco interés de las autoridades sobre estos temas.

Si bien se había anunciado que la construcción de la nueva vía, con una inversión de más de S/.500 millones, podría estar lista en un plazo de 18 meses, estos trabajos vienen avanzando en forma bastante lenta, prolongando así una tortuosa espera para quienes a diario la deben transitar.

Un hecho preocupante es que recientemente técnicos del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) habían sometido a una revisión el expediente de la obra. Así determinaron que la pista debía efectuarse en asfalto y no en concreto.

"Se ha reformulado el expediente técnico y eso ha generado un retraso de entre 2 y 3 meses", señaló el gerente general del gobierno regional del Callao, José García.

Según se sabe, el asfalto no sólo reduce la vida útil de la pista sino que además genera más gastos por su mantenimiento. Según el funcionario, todos conocen esa desventaja, sin embargo, quienes deciden lo han pasado por alto.

“Todos coincidimos en que el pavimento rígido (concreto) es mejor, pero si la autoridad dice que no...".

Según manifestó, la razón que ha dado el MEF para tomar esta decisión es que de acuerdo con los términos de viabilidad del expediente la construcción era con pavimento flexible. Tras esta demora, las obras se agilizarán, aseguró García.

Sin embargo, los problemas actuales en la Gambetta no sólo resumen la crítica situación de la pista, sino también en sus vías alternas, que son angostas para el tránsito de los vehículos pesados, los principales usuarios.

Además, falta señalización oportuna para el cruce peatonal y vehicular, faltan paraderos de transporte público y semaforización para evitar accidentes fatales como los ya ocurridos.

Robos continuos
Entre dos y tres camiones de carga de contenedores son robados semanalmente en las inmediaciones del Puerto del Callao por falta de seguridad y por el embotellamiento que se genera entre las avenidas Manco Cápac y Néstor Gambetta, denunció Javier Marchese, presidente de la Unión Nacional de Transportistas Dueños de Camiones de Carga del Callao.

“Si no hay condiciones de seguridad cómo voy a portar más de 1000 dólares en equipos, si me los van a robar y dirán el chófer, pero ya no hay chóferes porque no se responsabilizan, si los mismos chóferes salen desnudos cuando los asaltan, los dejan en calzoncillos”, expresó.

Marchese explica que los asaltantes que pululan en los alrededores aprovechan las largas colas de hasta 300 camiones que se forman en la puerta de DP World, operador del Muelle Sur, para abrir los contenedores y sustraer la mercancía.

“Pero cuando los camiones transitan por la avenida Gambetta a muy baja velocidad por la congestión que se genera en esa parte, a veces los asaltantes se llevan todo el camión, y aunque horas más tarde encontramos al camión, ya han aprovechado para vaciar todo la carga del contenedor”, indicó.

Los delincuentes han llegado a sustraer desde computadoras hasta plásticos, pasando por alimentos perecibles y ropa que iba destinada a los supermercados.

El origen del problema, según Leoncio Irigoyen, gerente general de la Asociación Peruana de Operadores Portuarios (ASPPOR) son los cambios operativos que ha implantado DP World en el Muelle Sur, que generan que ahora un camión demore entre 2 y 3 horas en dejar o recoger su carga y que el concesionario ya se encuentra casi al tope de su capacidad operativa.

La nueva forma de descarga del operador y las condiciones en las que se encuentran las avenidas Manco Cápac, y Gambetta han significado un sobre costo de US$10 millones anuales para los operadores portuarios y una pérdida de US$7.5 millones al mes para el transporte de carga en el Callao.

Por ello ambos gremios solicitaron al operador del Muelle Sur adelante su plan de inversiones y amplíe el amarradero del muelle sur de 600 a 900 metros y adecue su sistema de descarga a las condiciones de transporte que hay en el Perú. Sin embargo DP World opera de la misma manera en todos los puertos del mundo.

Cuando en abril pasado el ex mandatario Alan García inauguró los trabajos en la mencionada vía, se indicó que estarían terminadas en aproximadamente dos años, sin embargo, con la lentitud de las labores actuales, la ilusión de ver una autopista de primera clase en el Callao se puede convertir en una triste espera con olores a demagogia.

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