Municipalidad quiere construir cafetería en lugar de sus puestos dentro del complejo Gualberto LizárragaEn total incertidumbre viven dos madres chalacas que con sacrificados esfuerzos construyeron sus pequeños quioscos para trabajar en un conocido complejo deportivo en la Ciudad del Pescador y hoy temen ser desalojadas para darle paso a la construcción de un cafetín.
Desde hace más de cuatro años, María Panta de Castro y Julia de Antón incursionaron en su negocio, incluso mucho antes que el complejo deportivo Gualberto Lizarraga sea remodelado y hoy, extrañamente, pueden ser desalojadas del lugar por la Municipalidad de Bellavista.
“Desde el Día de la madre recibimos inesperadamente la noticia que teníamos que buscar otro lugar donde trabajar, porque el lugar que ocupamos se utilizará para construir una cafetería. La señora Nelly Barboza de de la Dirección de Servicios Sociales de la municipalidad, nos citó y nos dijo que busquemos otro lugar”, manifestó preocupada María Panta.
El asunto no termina allí, ya que ambas mujeres necesitan trabajar porque para la construcción de su establecimiento tuvieron que invertir la suma de 2 mil 800 nuevos soles por lo que pidieron un préstamo que deben pagar. “Durante la gestión del alcalde Juan Sotomayor, recibimos los beneficios y hasta los planos y medidas para la elaboración de los puestos”, indicó Julia de Antón.
“Le pedimos al actual alcalde Ivan Rivadeneyra que nos reubique, que nos coloque en un rincón del complejo, no queremos irnos, nosotras somos de ‘la Ciudad’, estos terrenos son de los pescadores, hemos pedido cita a la autoridad edil pero no nos dan cara. Me pidieron mi numero de contacto, pero no tenemos respuesta, por lo menos queremos quedarnos hasta diciembre”, dijo Panta.
Ambas mujeres continúan esperando la respuesta de la Municipalidad de Bellavista, quien a través de Barboza ha comunicado que a finales de este mes les darán una respuesta con respecto a lo sucedido. Entre tanto, Prensa Chalaca, intentó comunicarse con la mencionada representante municipal sin éxito.
Este es el caso de dos madres que quieren salir adelante y que al parecer esa necesidad de trabajar no es percibida por las autoridades municipales, pues las agraviadas consideran este rechazo como un acto inhumano ya que se verían seriamente afectadas en su única fuente de ingreso con la cual sobreviven.
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